Quien defienda, sea cual sea su motivación, que la igualdad de géneros es un hecho, se equivoca por completo. Ni en términos de poder, ni de visibilidad, ni de remuneración económica, ni en lo que respecta a la seguridad, a la salud, al grado y la intensidad de trabajo se ha conseguido el sueño de la equidad, un sueño que comenzó a esbozarse hace ya tres siglos. No hemos dejado atrás el problema que la fertilidad, la constitución física, la explotación sexual y la belleza provoca. Las medias verdades han sustituido la realidad. Los logros a medias (el sufragio, las leyes de igualdad, la presencia social) se han tomado como universales. 

María Laura Espido Freire, prólogo a Feminismo Para Principiantes, de Nuria Varela 



Cuando hablamos de género no nos referimos a "temas de mujeres", como a veces se cree, sino a  cuestiones que nos involucran a todes. El género es un constructo sociocultural que prescribe determinados valores, preferencias, actitudes, comportamientos y roles basados en el simple hecho de haber nacido mujer o varón -es decir, de poseer ciertas características biológico-anatómicas que, de acuerdo con el paradigma binario imperante, determinan que se nos clasifique como pertenecientes al sexo femenino o masculino.

Dado que la penetración actual de los medios es tal que no podemos escapar a su influencia, es interesante notar cómo estos contribuyen a moldear, perpetuar o modificar nuestra percepción de distintos temas y problemáticas relevantes en el mundo que nos rodea, entre las que se incluyen, por supuesto, las cuestiones de género. 

El objetivo de este blog es, por un lado, compartir material útil para explorar estos temas, y servir además como puente hacia distintos espacios en linea (diarios, revistas, organismos, etc.) que reflejen su tratamiento mediático y ofrezcan recursos de información y documentación para toda aquella persona interesada en aprender o profundizar sus conocimientos sobre esta temática que, actualmente, es quizás más relevante que nunca. 

En palabras de la brillante Rita Segato, "la política hoy pasa por el género"; y todo -desde qué se considera legal o ilegal, normal o patológico, hasta qué acceso a oportunidades tendremos a lo largo de nuestras vidas- pasa por la política.  



Veamos cómo la OMS describe el concepto género:

"El género se refiere a las características de las mujeres y los hombres definidas por la sociedad, como las normas, los roles y las relaciones que existen entre ellos. Lo que se espera de uno y otro género varía de una cultura a otra y puede cambiar con el tiempo.

También es importante reconocer las identidades que no encajan en las categorías binarias de sexo masculino y sexo femenino. Las normas, las relaciones y los roles vinculados con el género también influyen en los resultados de salud de las personas transexuales o intersexuales.

El "sexo" versus el "género"

Si bien la mayoría de las personas nacen de sexo masculino o femenino (sexo biológico), se les enseñan los comportamientos apropiados para varones y mujeres (normas de género), en especial cómo deben interactuar con otros miembros del mismo sexo o del sexo opuesto en los hogares, las comunidades y los lugares de trabajo (relaciones entre los géneros), y qué funciones o responsabilidades deben asumir en la sociedad (roles de género).

Los ingresos, la educación, la edad, el origen étnico, la orientación sexual y el lugar de residencia son importantes determinantes de la salud. Cuando se interrelacionan con la desigualdad de género, estos factores pueden agravar la discriminación, los riesgos sanitarios y la falta de acceso a los recursos necesarios para tener resultados en materia de salud.

Impacto en la salud

Las diferencias entre las mujeres y los hombres definidas socialmente no constituyen, en sí mismas, un problema, salvo cuando limitan las oportunidades o los recursos necesarios para los logros sanitarios y, por consiguiente, provocan discriminación y desigualdades que pueden acarrear consecuencias negativas para la salud.

Cuando las personas no se adaptan a las normas, las relaciones o los roles establecidos en materia de género, suelen ser objeto de estigmatización, prácticas discriminatorias o exclusión social, todas experiencias perjudiciales para la salud. Las normas de género influyen en el acceso y el control de los recursos necesarios para lograr una salud óptima, entre ellos:

  • económicos (ingresos, crédito);
  • sociales (redes sociales);
  • políticos (liderazgo, participación);
  • informativos y educativos (conocimientos básicos de salud, académicos);
  • vinculados al tiempo (acceso a los servicios sanitarios), y
  • de carácter interno (confianza en sí mismo, autoestima).

Las normas, los roles y las relaciones en la esfera del género ocasionan diferencias entre los hombres y las mujeres en los siguientes ámbitos:

  • exposición a factores de riesgo o vulnerabilidad;
  • inversiones a nivel de los hogares en nutrición, cuidados y educación;
  • acceso a servicios de salud y uso de estos;
  • experiencias en entornos de atención de salud, e
  • impactos sociales de la mala salud. Leer más

Fuente: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs403/es/



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Patricia García Ces
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